GRUPO O EQUIPO. TU DECIDES

GRUPO O EQUIPO

Está muy de moda en el plano educativo trabajar por proyectos. Se nos vende la idea de que en el mundo de los adultos, ese para el que parece que se preparan los niños y adolescentes, es necesario que sepamos trabajar todos juntos para que los proyectos salgan adelante. Frente a proyectos educativos que ponían el énfasis en la individualidad y en ser el mejor, ahora se valora el que seamos capaces de ser colaborativos y trabajar por un fin común.
Lo que sobre el papel parece una gran idea, no lo es tanto si no atendemos a la diversidad. Y no lo es en el plano educativo como tampoco lo es en el plano laboral.
Pensemos por un momento en un trabajo por proyectos en el que se hace un grupo por el profesor atendiendo a que cada uno de los miembros se maneja mejor con un área de conocimiento, atendiendo incluso a quien tiene dificultades en todas. En principio podría parecer que se está atendiendo a la diversidad, sin embargo; si no se atiende a otro tipo de patrones, podemos encontrarnos con que se dividan el trabajo y este no tenga ni estructura ni lógica , resultando un mal trabajo que afecta a las notas de todos, dado que la nota se pone sobre el trabajo completo, o que uno asuma todo el trabajo, sintiendo este por un lado que ha hecho de más, y los demás pudiendo sentir que no se les ha permitido hacer. Se nos podrá decir que lo que se pretende es que trabajen de forma colaborativa. Lo anterior es cierto, se pretende que se trabaje de forma colaborativa y que lo aprendan de forma autodidacta.
Quizás lo mejor sería empezar por que aprendieran, antes de comenzar si quiera, a trabajar como equipo en lugar de a trabajar como grupo. La diferencia es importante.
Si bien si acudimos al diccionario de la real academia española la definición de equipo y de grupo no parecen distar mucho, en la práctica el primero lleva consigo una connotación de pertenencia, de “espíritu” o misión común que lleva a aunar esfuerzos para conseguir la realización de un proyecto.
Parece que está de moda olvidarnos del individuo por el bien común, y nos olvidamos que unificando y uniformando estamos perdiendo el talento que cada uno de los individuos pueda tener y sumar al grupo.
Si atendiéramos a los patrones de comportamiento de cada una de las personas que pretendemos que pasen a ser un equipo y en lugar de uniformar aprovecháramos sus talentos en beneficio de ese fin común, probablemente conseguiríamos que se sintieran que forman parte de ese proyecto común y este se consiguiera materializar con éxito.
En todo equipo es necesario que hayan personas proactivas, que estén enfocadas a actuar, y también necesitamos personas reactivas que analizan y estudian las cosas antes de iniciar la marcha. Se necesita personas motivadas a un objetivo y personas que sean previsoras y contemplen todos los problemas que puedan surgir. Se necesitan personas que trabajen bien por procedimientos y también aquellas que son de múltiples opciones o alternativas. Poner en valor solo una forma de actuar por encima de otra puede llevar consigo el fracaso de un proyecto.
El trabajo de un buen director o de un buen profesor cuando de trabajo colaborativo se trata es el saber poner en valor el talento de cada una de las personas, y hacerles entender al tiempo que todos ellos son igual de valiosos y necesarios. Se trata al fin de conseguir aunar las distintas personalidades, dentro de una estructura clara, equipo, en el que a cada uno se le dé el lugar que le corresponde.
Un buen director de orquesta es aquel que se diluye en la dirección, y que consigue que cada uno de los miembros saque a su instrumento el mejor sonido para al fin lograr una melodía única que es la suma del trabajo común.
Hacer grupo puede ser una tarea fácil, pero si queremos un buen resultado habrá que trabajar por conseguir un equipo en que la suma de las individualidades , a las que si reconoceremos, de lugar al deseo de acometer y llevar cabo una misión común.
La elección es de cada uno, tú eliges: Grupo o equipo